El cemento es un componente importante del hormigón y es responsable de una proporción significativa de las emisiones de CO₂ de la industria de la construcción. Somos conscientes de ello y, por lo tanto, desarrollamos productos con menos CO₂. Estamos investigando una serie de medidas, como la sustitución de componentes de cemento y el desarrollo de aglutinantes alternativos.

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Al utilizar sustancias como escoria de alto horno y ceniza volante como materiales cementicios secundarios (SCMs, por sus siglas en inglés), podemos reducir el contenido de CO₂ del hormigón. Para mejorar la huella de carbono de nuestros productos basados en cemento Portland, utilizamos lo que se conocen como adiciones. Estos son materiales alternativos que se producen durante la fabricación de hierro de alto horno o cuando se genera electricidad a partir de carbón en acerías y centrales térmicas de carbón, y que sirven como materiales alternativos en la composición de cementos compuestos, en los que se reemplaza parcialmente el clínker de cemento Portland por estos materiales.

Además, hemos estado trabajando durante varios años en el desarrollo de nuevos binders con el objetivo de reducir o incluso reemplazar completamente el clínker convencional contenido en sus formulaciones.

Sustitución de clínker por cenizas volantes

El uso de cenizas volantes de carbón procedentes de la generación de energía en nuestros productos nos permite contribuir activamente a la economía circular. Las cenizas volantes se pueden incorporar a cementos compuestos y hormigón premezclado, lo que reduce significativamente la intensidad de CO₂ del hormigón y permite reducciones de CO₂ de hasta el 30%.

Sustitución de clínker por arcilla calcinada

Las emisiones de CO₂ pueden reducirse hasta en un 40% si se sustituye la arcilla calcinada por clínker de cemento, que consume mucha energía.