Como empresa de uso intensivo de energía, desde hace años incrementamos nuestro esfuerzo por minimizar las emisiones de CO2 y desde 1990 hasta 2020 hemos conseguido a nivel de Grupo reducir en un 23% nuestras emisiones específicas netas hasta los 576 kg de CO2 por tonelada de cemento.
Dentro de esta estrategia de reducción de CO2 y protección del medio ambiente, hemos adelantado a 2025 nuestro compromiso de reducir en un 30% nuestras emisiones de CO2, hito previsto para 2030, y hemos incluido así un nuevo desafío mucho más exigente, pero con mayores beneficios para el desarrollo sostenible: Emitir menos de 500 kg de CO2 por tonelada de cemento y alcanzar la neutralidad carbónica en 2050.
Para reducir nuestra huella ambiental y cumplir con nuestra responsabilidad de mantener la temperatura global por debajo de 2oC contamos con objetivos específicos y una hoja de ruta muy concreta.
El uso de materias primas y combustibles alternativos nos ayudan a hacer realidad estos objetivos, mientras que contribuyen a mejorar la circularidad del sector y a preservar los recursos naturales fósiles.
Con el fin de promover la diversidad biológica en nuestros centros, aplicamos políticas y planes de gestión de la biodiversidad específicos para cada entorno, diseñados para garantizar el ecosistema y la salud ambiental, tanto durante como después de las operaciones.